Desde que los
Congresos Generales Gunas iniciaron el
proyecto de “Nan Garburba Oduloged Igar”
(Implementación de Educación Bilingüe
Intercultural), nos dispusimos a trabajar en
una dirección: primero unificar las bases de
lectura y escritura, y continuar con la
estandarización de dulegaya. Hasta ahora, el
proceso no ha sido fácil. En sus comienzos,
exigió una prueba de madurez y
jerarquización de intereses de los
profesionales dedicados a quehaceres
lingüísticos. El nivel de madurez de los
lingüistas nos permitió llegar a consensos
muy importantes sobre la escritura y el
alfabeto gunas. Priorizamos la formación de
niños, y nadie se aferró a sus ideas por más
bellas que fueran. Fue un triunfo de todos
los gunas, de los Congresos Generales que,
mediante sus sagladummagan, estuvieron
guiando los debates. Desde que consensuamos
las bases de la escritura, el camino ha sido
largo, hasta llegar a los frutos más
sazonados, que son los textos escolares, la
metodología de enseñanza de la L1, y ahora
el diccionario gunagaya-castellano que lo
ponemos en sus manos. Esta obra fue iniciada
por los compañeros Lino Smith y Reuter Orán,
y muchas palabras del primer documento
fueron incorporadas en este diccionario.
Los autores
de gayamar sabga se han propuesto hacer un
texto útil y didáctico dirigido a los niños
gunas. Se ha intentado llegar a las raíces
de las palabras, para que el estudiante
pueda tener en sus manos, no sólo un listado
de términos más utilizados, sino también,
elementos de filosofía y espiritualidad
gunas. Recoge las voces más utilizadas en el
ámbito de convivencia comunitaria y se
dirige a estudiantes gunas, y a todos los
lectores interesados. Conscientes de la
riqueza lingüística guna, esta obra que
presentamos, no es más que una introducción
de un trabajo más amplio que provoque a las
nuevas generaciones de lectores y escritores
gunas, a investigar y a profundizar sus
raíces culturales y lingüísticas.
Si al
utilizar este diccionario, un niño se siente
inducido a profundizar los detalles de su
habla, habremos ganado tiempo, y el trabajo
no habrá sido inútil. Agradecemos a los
consultores gunas que, en muchas ocasiones,
nos han corregido e insisten llevarnos a una
correcta manera de hablar.
Artinelio
Hernández Campos
Coordinador
del Proyecto EBI Guna |
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