|
Por: Anelio Merry López
Este artículo forma parte del libro “Museos y parques naturales:
comunidades locales, administraciones públicas y
patrimonialización de la cultura y la naturaleza, publicado por
la Universidad del País Vasco en el año 2010. Al artículo
original se realizó los ajustes necesarios en las palabras
gunadule en base con los últimos cambios en la escritura.
INTRODUCCIÓN
Hablar de museo para el pueblo Gunadule no es un tema totalmente
nuevo y sin duda, difiere en su visión y metodología de trabajo
tan particular que tiene con el resto de los museos que
tradicionalmente han existido en diferentes partes del mundo y
por mucho tiempo.
En el
presente artículo queremos compartir la experiencia de la
Comarca Gunayala
acerca de
sus iniciativas y motivaciones y el empeño que ha puesto en los
últimos años para impulsar los museos comunitarios como una
herramienta viable y práctica en la defensa de su patrimonio
cultural.
En la
región existieron esfuerzos y experiencias aisladas para operar
museos que sirvieron de antecedentes a los museos comunitarios
que hoy existen. Los primeros museos que aparecieron en la
región no tenían objetivos similares como los que se plantean
ahora, es decir, los nuevos conceptos que actualmente se
impulsa, especialmente, en el continente de Abia Yala
(América).
En las
últimas décadas a nivel mundial el concepto de los museos viene
cobrando una nueva forma de concebirlos, donde la participación
de los mismos pueblos toma fuerza, jugando un papel
trascendental en su desarrollo. Se habla de museos integrales,
donde los museos, más allá de las simples
exposiciones de objetos, piezas del
pasado, constituyen espacios de fortalecimiento y desarrollo de
las culturas de los pueblos, siendo las mismas comunidades
sujetos de su historia. Existe diversidad de museos en el mundo
y funcionan de acuerdo a su contexto. Así, los museos
comunitarios buscan reencontrarse con su pasado para construir
su futuro y responden a «la necesidad de reafirmar la posesión
de su patrimonio» (Teresa, Camarena y Valeriano, 1986: 8) ante
la amenaza de perderlo.
A lo largo de la historia del pueblo Gunadule, éste se ha valido
de diferentes estrategias para garantizar su supervivencia, no
obstante, en la medida que transcurre el tiempo se adoptan
nuevas formas y estrategias para enfrentar las grandes amenazas
de la era globalizada, entre las que están los museos
comunitarios.
El tema de los museos comunitarios y su dinámica, prácticamente
es nuevo en toda la república de Panamá, no existen experiencias
similares en el resto de la república. Es un tema novedoso e
inexplorado e incluso para el pueblo Gunadule sigue siendo un
proceso de aprendizaje y de evolución. La llegada del museo
comunitario y de su forma de trabajar impulsó al pueblo Gunadule
a desarrollar sus propias iniciativas museísticas que por su
condición y naturaleza les ha dotado de su propia
particularidad.
Desde la
aparición del primer museo en 2004 la comarca marcó un hito en
la historia de la museografía panameña. Ningún otro pueblo
indígena registra en su territorio un proyecto de esta
naturaleza, un proyecto diseñado y montado lejos de la
intervención de los llamados especialistas. La comunidad a
través de los distintos sectores de la sociedad Gunadule,
presidida por su máximo organismo cultural como lo es el
Congreso General de la Cultura Guna,
busca definir esta nueva estrategia para su consolidación en la
lucha por mantener y fortalecer la identidad del pueblo Gunadule.
2.
MEMORIA HISTÓRICA Y LOS MUSEOS
Cuando se
empezó hablar acerca de los museos en la Comarca Gunayala,
especialmente en las asambleas generales donde se reúnen los
guías espirituales, líderes comunitarios y voceros
tradicionales, la referencia inmediata fueron los pasajes de la
memoria histórica que están recogidas en
Babigala,
tratado en el que se fundamenta y se sustenta la vida cultural
del pueblo Guna. Con respecto al tema uno de los estudiosos de
la cultura Guna, Aiban Wagua señala: “Se trata de ubicar los
acontecimientos “pasados” en el contexto de la actualidad,
redescubrir el sentido de los hechos para una renovada identidad
en el autodescubrimiento”.
Para el pueblo Gunadule el Babigala es su fundamento que
consiste en «un sistema complejo y amplio de tratados que se
expresa mediante un lenguaje y una lógica muy suyos». El tema de
los museos estuvo ligado a estas referencias. El argar
Rafael Harris en sus primeras
consideraciones sobre el tema de los museos dijo: we ibmargi
anmar babgan bad arbasa (ya nuestros padres han trabajo
sobre el tema). Su primera referencia para este tema fue el
relato de Olodualigibbiler y Gabayai que forma parte de
Babigala. Ese relato continúa siendo una enseñanza y fuente de
inspiración para las generaciones actuales y base del desarrollo
de los museos comunitarios de Gunayala.
Ese relato cuenta que los hermanos Olodualigibbiler y Gabayai,
después de la muerte de sus padres, se habían quedado bajo el
cuidado de su abuelo Dad Uuaggwa. Con el tiempo ambos
demostraron sus habilidades y la capacidad de dirigir sus
propios destinos. Y un día Dad Uuaggwa les dijo: «Allá detrás de
esas montañas, sus padres construyeron una gran choza, una
grandísima choza». «Vayan a vivir allá, miren y retomen todo lo
que han dejado sus padres» (Wagua, 2000: 26). Gabayai encontró
allí las cosas que su madre había usado y Olodualigipiler, por
su lado, encontró flechas y arcos listos para su uso e hicieron
suyo. «Sintieron que por ahí iba el camino que debían seguir».
Cuenta la
historia que los hermanos recuperaron y le dieron vida a los
objetos e implementos que usaron sus padres y así siguieron
usando para su beneficio, los cuales, sin duda, también fueron
heredados por las generaciones posteriores. El relato de
Olodualigibbiler y Gabayai deja una enseñanza para el pueblo
Gunadule, habla sobre la importancia de preservar, fortalecer y
recuperar los conocimientos de los ancestros, la cosmovisión y
la forma de concebir el mundo que le rodea.
En ese sentido, hablar de museos entre los gunadule es
hacer referencia al pasaje de la memoria histórica que habla de
la gran choza, llena de objetos que Olodualigibbiler y
Gabayai les dieron vida. El proceso de la creación de los museos
entre la población Guna estuvo ligado a la necesidad de
rescatar, preservar y valorar la cultura y la idiosincrasia,
entre otros valores y principios que forman parte de la riqueza
del pueblo Gunadule. Se crea con ello un proceso alternativo de
transmisión de conocimientos que no es lo que tradicionalmente
han usado de generación en generación y en el que los recursos
museográficos complementan e integran los procesos formadores en
el contexto de los museos de hoy.
Ninguna cultura del mundo es estática, las culturas están en
constante evolución y la cultura Gunadule no es la excepción.
Tradicionalmente el canto ha sido el medio usado por los
gunadule para transmitir o contar historias, el canto se ha
usado para orientar a la población, hablar sobre las
tradiciones, contar historias, reflexionar sobre la realidad. El
proceso de formación se inicia desde que el niño o la niña están
en el vientre materno a través del canto de arrullo donde no
sólo la madre interviene, sino que también involucran a las
abuelas, las hermanas y las tías, e incluso vecinas que se
sientan complacidas con el o la bebé. Son cantos llenos de
esperanzas dirigidos hacia la criatura y sus contenidos se
relacionan con lo que esperan que sea en el futuro y su relación
con la familia y la sociedad. La familia constituye un espacio
fundamental en el crecimiento del niño que posteriormente pasará
a la etapa de la integración con su entorno social.
Los guías
espirituales, que los gunadule los denominan «saglagan»,
intervienen también en esta parte del proceso de la formación
del niño. Desde pequeño participa en las ceremonias de cantos
que son interpretados por los guías espirituales que cuentan
historias, relatos llenos de enseñanzas que son transmitidos en
onmaggednega:
el centro de conocimiento por excelencia. «Su forma lingüística
original está impregnada de figuras y simbolismos que
ofrecen al mensaje una corteza casi
impenetrable, usual en el tratamiento de documentos vitales y
sagrados» (Wagua, 2000:9). El canto se intercala con las
interpretaciones de un argar, el vocero o el intérprete de la
comunidad, que es un especialista y conocedor de estas figuras o
simbolismos.
3. HISTORIA DE LOS MUSEOS EN GUNAYALA
La concepción del museo en la Comarca Gunayala no está alejada
de su realidad y necesidades. El museo no se considera
únicamente como un espacio para dar a conocer su cultura, sino
también para mantenerla, preservarla y garantizarla para sus
futuras generaciones, como parte de su herencia.
La iniciativa de establecer un museo en la Comarca Gunayala
nació a mediados del año 90 como consecuencia del interés que
mostró el Congreso General de la Cultura Guna, integrado por 49
comunidades, en una reunión tradicional celebrada en la
comunidad de Urgandi cuando la dirigencia propuso comenzar a
trabajar en futuro proyecto de museo, en la isla Werwerdub.
Así, la isla Werwerdub, de cinco mil metros cuadrados ubicada al
sureste de las comunidades de Wissubwala y Nalunega del
Corregimiento núm.1, se convierte, en esa época, en uno de los
proyectos de mayor trascendencia para el máximo organismo
cultural. Una iniciativa que fue seguida con acciones de
promoción en el ámbito local, nacional e incluso internacional.
Con el
proyecto se planteó, por un lado, la idea de mostrar y dar a
conocer la cultura en sus diversas manifestaciones históricas,
míticas, simbólicas y espirituales. Por otro, que Werwerdub
presentara una imagen dinámica, que mostrara la sociedad
gunadule de forma real. Se proyectó establecer elementos
culturales importantes de la cultura gunadule, como inna nega
(casa
ceremonial de la chicha), onmaggednega
(la casa
de reflexiones), la casa de
familia junto a una «sogag» (casa de
cocina), entre otros elementos relevantes de la cultura gunadule.
La «isla museo», como se conoció, debería servir también de
centro de orientación y educación de los niños y la juventud de
la Comarca.
El primer objetivo del proyecto fue dirigir sus esfuerzos hacia
la población más vulnerable a los impactos de las motivaciones y
dinámicas externas, que hoy tiene una incidencia enorme en la
cultura del pueblo Gunadule. Las dinámicas del mundo actual
hacen que entre la población Gunadule se plantee nuevas formas
de llevar enseñanzas a su población, especialmente, a las nuevas
generaciones. Sin menoscabar las formas tradicionales de
comunicación y de transmisión de conocimientos, el museo se
presenta como una de las alternativas prácticas y motivadoras
que puede contribuir en el fortalecimiento de la identidad
local. En la comarca Gunayala no había mucha experiencia en
materia de museos tradicionales, tal como se entiende en otras
partes, si bien sí hubo algunos esfuerzos aislados que
antecedieron a los museos comunitarios de hoy. Dichas
iniciativas no fueron materia de interés de los gunadule, pues
no necesariamente significaban un medio para fortalecer su
cultura. Simplemente se trataban de centros de exposición con
miras a mostrar a los turistas que ocasionalmente llegaban a la
región. Tal fue el caso de un pequeño museo localizado en la
comunidad de Gardi Sugdub, que funciona actualmente sin técnicas
de diseño y montaje museográfico. Su interés es el de generar un
ingreso económico por cada visita que realicen los turistas que
llegan a través de cruceros marítimos, llevándose éstos unas
impresiones y cierta información acerca de la cultura Gunadule.
El segundo objetivo del proyecto de la isla museo estuvo ligado
con el interés de autogestionarse económicamente. La región
donde está ubicada la isla Werwerdub es una zona turística que
va creciendo. Miles de turistas de diferentes partes del mundo
llegan a la región para conocer la cultura del pueblo Gunadule.
Este hecho era para la dirigencia una oportunidad para
desarrollar la autogestión económica a través de este proyecto
que pudiera servir, por un lado, a la financiación de nuevos
museos comunitarios en otras partes de la comarca y, por otro, a
obtención de recursos para la formación de la niñez, la juventud
y la comunidad.
Así, un grupo de personas designadas por el Congreso General de
la Cultura Guna iniciaron los primeros trabajos que consistían
en la construcción de unas chozas en la isla para los cuales el
mismo Congreso había destinado un presupuesto mínimo. Sin
embargo, el proyecto no prosperaba. La falta de recursos
económicos suficientes creaba inconvenientes y limitaciones
para concretar el proyecto de la isla museo. Levantar esas
chozas tradicionales suponía unos costos económicos que el
máximo organismo de la comarca no podía asumir aunque el interés
por la dirigencia iba creciendo. Así que la materialización del
proyecto tuvo que ser suspendido.
De este modo, los primeros esfuerzos se encaminaron en la
búsqueda de apoyo económico nacional e internacional. Así, se
abrió una cuenta bancaria en The Chase Manhattan Bank a fin de
recibir posibles colaboraciones. Sin embargo, esta iniciativa no
tuvo éxito. Al final la cuenta cerró por falta de fondos.
Asimismo, se iniciaron las primeras gestiones y contactos fuera
de las fronteras de la República de Panamá, ya que en el ámbito
nacional no había, y así continúa, interés por crear museos y
mucho menos en una población indígena. Las primeras gestiones se
realizaron entre el personal directivo del VärldsKultur Musset
de Gotemburgo, Suecia, que requirió que el Secretario General
del Congreso de la Cultura Guna, Maximiliano lguayoikiler
Ferrer, en representación del máximo organismo cultural de
Gunayala, realizara una visita a ese Museo y gestionara la
posibilidad de obtener algún apoyo. La relación de la población
Gunadule con ese Museo de Gotemburgo data de hace años, desde
que el etnógrafo Erland Nordenskiöld visitara la comarca en las
primeras décadas del siglo XX y estableciera una amistad con
varios de los reconocidos personajes de la comarca de esta
época. El VärldsKultur Musset quizás sea la única institución de
Europa que tenga en su depósito los más importantes objetos y
piezas tradicionales del pueblo Guna. Poco a poco esas piezas y
objetos se ha ido acumulando, desde que a principios de la
década de los 30 Rubén Pérez Kantule, un gunadule que fue
secretario, traductor e intérprete de los más importantes
líderes de la época, viajara a Suecia para trabajar en el Museo
y colaborar en la publicación de libros y revistas.
Por otro lado, el proceso de promoción que había iniciado el
Congreso General de la Cultura Guna a mediados del 90 para crear
el museo, coincidió con una serie de exposiciones que organizó a
partir del año 1996 el National Museum of the American Indian,
de los Estados Unidos, dedicadas al pueblo Gunadule que se
llamaron The Art of Being Kuna y que dio la oportunidad a
los representantes de Gunayala para presentar a dicho Museo su
propuesta museística. A partir de esas exposiciones se
estableció una relación de colaboración entre el Congreso
General de la Cultura Guna y el National Museum of the American
Indian con miras a gestionar y poner en marcha el proyecto. Así,
a partir de 2000, el Departamento de Servicios Comunitarios del
National Museum of the American Indian comienza a gestionar
apoyos para el personal del Congreso General de la Cultura Guna
con el fin de que se tuviera mayores oportunidades para
desarrollar el proyecto en la isla Werwerdub. En un gesto de
mayor compromiso por parte del personal de museo estadounidense,
la encargada en esa época del Departamento de Servicios
Comunitarios, Nicolasa Sandoval viajó a la Comarca Gunayala para
conocer de cerca la iniciativa y conversar con los líderes sobre
la creación de la isla museo. A partir de ese gesto, al pueblo
Gunadule se le abrieron mayores oportunidades para desarrollar
su proyecto.
Como
era una
experiencia nueva para el personal del Congreso General de la
Cultura, el conocer experiencias de otras latitudes era una de
las primeras tareas que tenían que cumplir antes de establecer
el museo. En ese sentido, dos representantes designados por el
Congreso iniciaron un proceso de preparación y formación ante
los retos a los que tendrían que hacer frente, como era la
creación de un museo que quizás no iba a tener el mismo formato
que el de los tradicionales ya que su objetivo iba a ser
preservar la cultura gunadule y fortalecer sus capacidades. En
el 2000, con financiamiento del National Museum of the American
Indian los dos representantes
viajaron a México para recibir capacitación sobre procuración de
fondos. Al año siguiente, se desplazaron a Washington para
proseguir con el proceso de conocer experiencias museísticas
norteamericanas, visitando el National Museum of Natural History,
Holocaust Memorial Museum, Fort Ward Museum, Chesapeake Bay
Maritime Museum, Art Museum of the Americas, y el propio
National Museum of the American Indian. Por último,
mencionaremos, la visita que realizó la delegación del pueblo
Gunadule a la Inter-American Foundation (IAF), una entidad
independiente del gobierno de los Estados Unidos que otorga
donaciones para programas innovadores, participativos y
sostenibles en América Latina y el Caribe. Fueron recibidos por
uno de los representantes de la entidad, Kevin Healy, obteniendo
un resultado positivo del encuentro ya que se consiguió un apoyo
financiero que, a la postre, posibilitaría la construcción de
tres museos en la Comarca Gunayala.
4. MUSEOS COMUNITARIOS DEL PUEBLO GUNADULE
El año 2000 se convirtió en una época histórica para el Congreso
General de la Cultura Guna al iniciarse las primeras relaciones
con la Unión de Museos Comunitarios de Oaxaca, México. Al ser
Oaxaca una de las regiones de México con mayor experiencia en el
tema de los museos comunitarios, esas relaciones sirvieron de
guía al pueblo Gunadule en su interés de establecer el museo.
En agosto de 2000 La Unión de Museos Comunitarios de Oaxaca
envío una carta al Congreso General de la Cultura Guna en la que
se invitaba a un representante del pueblo Gunadule para
participar en un encuentro internacional de Museos Comunitarios
de las Américas que tenía como lema «Estrechando Lazos» y que se
iba a realizar en Oaxaca de Juárez los días 29 de septiembre al
5 de octubre de ese mismo año. Las gestiones y las promociones
realizadas hasta ese momento sobre el proyecto habían dado sus
primeras respuestas. A partir del 2000 el Congreso General de la
Cultura Guna se integra al movimiento latinoamericano de los
Museos Comunitarios que lidera México en el que había
representantes de diez países del norte, centro y sur de
América. De este modo, surgieron nuevos elementos en la forma de
trabajar el proyecto museístico, que le servirían de guía. Eso
sí, sin perder el contexto y el interés fundamental de usar el
museo como un medio alterno para fortalecer y el rescate del
patrimonio cultural.
Gracias a
la incorporación, nuevas posibilidades se abrieron para
desarrollar el proyecto como integrante del movimiento
internacional de los museos comunitarios. Un movimiento que
busca extender una nueva metodología de intervención con
participación genuina de las comunidades y los pueblos, a través
de un museo integral. En el 2001 se realizaron una serie de
talleres de capacitación en diez países, entre ellos Panamá con
la representación del pueblo Gunadule a través del Congreso
General de la Cultura que fue beneficiada con un taller. Por
primera vez en Gunayala el tema de museos comunitarios fue
expuesto en el seminario taller que tuvo lugar en marzo de aquel
año en la comunidad de Digir en la que líderes de varias
comunidades recibieron información acerca de las características
de los museos comunitarios. En esta cita histórica, participaron
un total 20 comunidades, siendo presidido por sus máximos
líderes, los Sagladummagan,
Paulino González, Gilberto Arias, Eriberto González y en la que
colabora el profesor de antropología Cuauhtémoc Camarena de
México como facilitador.
En el 2002
el Congreso General de la Cultura participa en el Segundo
Encuentro Internacional de Museos Comunitarios celebrado en
el municipio de Rabinal, Baja Verapaz de Guatemala, donde
especialistas mexicanos, capacitaron una vez más a los
representantes de diez países miembros de la Coordinadora de
Museos Comunitarios de las Américas sobre el concepto, diseño e
importancia de los museos comunitarios y las técnicas de
historia
oral. En agosto de ese mismo año, en la
comunidad de Usdub de Gunayala se realizó un segundo taller con
la participación nuevamente de Cuauhtémoc Camarena. Este evento
fue apoyado por la UNESCO, sede de México, el Departamento de
Servicios Comunitarios del National Museum of the American
Indian y la Unión de Museos Comunitarios de Oaxaca de México. Al
año siguiente, en Cacaopera (El Salvador) se realiza otro
encuentro internacional de museos comunitarios acompañado de
otros talleres de reforzamiento.
Para el organismo cultural gunadule estos talleres han servido
para seguir avanzando con la idea de crear un museo en la
región, con una visión y unos mecanismos de trabajo distintos a
los de la idea original. Así, se crea un programa especial
dirigido a sensibilizar y capacitar a las comunidades sobre la
nueva metodología de desarrollar los museos como una forma
alterna de fortalecer, desarrollar y rescatar conocimientos y
valores del pueblo gunadule. Desde aquel momento el Congreso
General de la Cultura a través de su organismo técnico, el
Instituto de Investigaciones Koskun Kalu, por su propia
iniciativa ha realizado varios talleres en la Comarca. En esta
parte del proceso la creación de la isla museo en Werwerdub
quedó en segunda orden. Además su creación continuaba suponiendo
un gran costo. Un costo que superaban los 300 mil balboas con
los que no contaba Gunayala.
Finalmente, el 2003 fue un año importante para el Congreso
General de la Cultura Guna cuando la IAF acoge y aprueba
definitivamente el proyecto de crear museos comunitarios en
Gunayala, gracias a las gestiones que previamente venían
realizando el Congreso. El proyecto consistió en el
establecimiento de museos en tres lugares de la Comarca, en
aquellas en los que habían despertado mayor interés el proyecto.
Como fueron Usdub, Niadub y uno especial en la isla Gaigirgordub,
el cual está siendo administrado por el propio Congreso de la
Cultura.
El 20 de mayo de 2004 se registra en ese proceso de la creación
de museos comunitarios como una fecha memorable al registrar la
inauguración del primer Museo Comunitario de Gunayala y de
Panamá, ubicado en la comunidad de Usdub. Actualmente se conoce
con el nombre «Museo Comunitario Olomaili» en memoria de una de
las personalidades importantes de la comunidad. Para su
realización la comunidad ofreció el terreno para la construcción
de la infraestructura y su diseño estuvo inspirado en una
arquitectura tradicional de una choza gunadule combinado con
materiales adquiridos en las ciudades como el cemento, barras de
hierro los cuales eran necesarios para garantizar una mayor
durabilidad de la estructura. Sus colecciones fueron donadas por
la propia comunidad que se animó a ceder piezas y objetos sin
pedir nada a cambio.
A continuación se llevó a cabo el segundo museo, el Museo de la
Nación Guna, localizado en la isla Gaigirgordub (Porvenir). Una
zona turística y la que mayor importancia tiene en la comarca
Gunayala. Siendo este un museo de carácter comarcal, es decir,
perteneciente a las 49 comunidades, los elementos de colección
de las muestras que existen en sus instalaciones fueron donados
por los dirigentes, por los guías espirituales. Este museo tiene
una muestra permanente sobre la ceremonia de chicha fuerte, que
es una ceremonia tradicional en honor a la mujer, otro dedicado
al tema del cementerio y sus significados, y que cuenta también
con una cocina y unos instrumentos musicales de la cultura
Gunadule.
Por último, el tercer museo, el Museo Comunitario Galu Dugbis
fue inaugurado el 20 de marzo de 2005 en la comunidad de Niadub,
en un acto que fue presidido por el Sagla de la comunidad Luis
Ortiz y el Sagladummad del Congreso General de la Cultura,
Eriberto González, a quienes les correspondió dar la apertura
oficial. Al igual que los dos museos anteriores, su arquitectura
está inspirada en la choza gunadule, combinado con materiales no
tradicionales. La temática que desarrolla principalmente es la
confección de hamacas, un trabajo desarrollado por las mujeres.
Si bien es cierto, que aún viven mujeres que conocen el arte de
la confección de hamaca, éstas ya no se dedican a ello como en
épocas anteriores principalmente por razones económicas. Tomando
en cuenta que los materiales que actualmente usan para ello son
muy costosos y que tampoco nadie se dedica al cultivo del
algodón, que ha sido el material usado tradicionalmente, su
confección ha desaparecido prácticamente. A través del museo se
ha procurado rescatar el arte de esta confección, invitando a
las más jóvenes a seguir en esa práctica. Actualmente varias
jóvenes asisten a los talleres que dicta las expertas.
La Comarca Gunayala con estos tres museos se integra en la lista
de los pueblos latinoamericanos que desde los museos
comunitarios imprimen un nuevo esfuerzo para fortalecer y
desarrollar sus valores, sus conocimientos y sus principios y,
de esta manera, conservar todo el patrimonio del pueblo, por
ende su identidad.
5.
MUSEO COMUNITARIO COMO RECURSO PEDAGÓGICO
Las comunidades tienen mucho que ofrecer, conocimientos que
aportar, pero el sistema educativo que nos han impuesto en los
últimos años ha anulado su capacidad de ser parte activa en el
proceso de enseñanza y aprendizaje. Los recursos culturales y
los conocimientos con que cuentan las comunidades no son
aprovechados por la población estudiantil, porque se ha hecho
creer que la única institución donde se adquieren conocimientos
es la escuela. De igual forma, las comunidades, los padres de
familia con el tiempo han llegado a considerar que es únicamente
en la escuela donde se forman sus hijos, no en otros espacios.
Las formas tradicionales de enseñanza de la cultura Gunadule se
han dejado a un lado, no se valoran e, incluso, muchas veces se
subestiman.
Sin embargo, con la implementación de los recursos museográficos
con la metodología del museo comunitario se abren nuevas
posibilidades para desarrollar actividades educativas de gran
incidencia. Una nueva iniciativa que sin duda rompe con la forma
tradicional de concebir un museo e incluso la propia metodología
del museo comunitario. Gunayala a través de sus museos procura
experimentar el nuevo sistema donde se involucra la comunidad y
la escuela a través de los propios estudiantes.
La experiencia de los museos comunitarios de Gunayala se
convierte en un hecho particular y novedoso donde el museo
comunitario se sustenta como un recurso didáctico que se inserta
en el proceso de una nueva educación que impulsa en estos
momentos los pueblos gunadule de Panamá, como es la educación
bilingüe intercultural. La simple exposición de objetos, piezas
u otros recursos museográficos no es una tarea acabada y directa
que espera un público sino que esto, se supone, es el final de
un proceso que se inicia bajo motivaciones y necesidades de la
propia comunidad. Los contenidos del museo comunitario parte de
una necesidad de la comunidad, lejos de captar primeramente el
interés del visitante externo. El objetivo es motivar a su
propia población que requiere rescatar, fortalecer y preservar
la cultura y el patrimonio de su origen. El museo comunitario de
Gunayala está orientado y pensado para su propia generación,
mientras se cree que el visitante externo o el llamado turista
vendrán cuando menos uno se lo imagine. Las motivaciones del
museo comunitario, en el caso particular de la región de
Gunayala, no son las de generar una gran afluencia de turistas,
lograr importantes resultados estadísticas, sino las de
facilitar un medio alterno para transmitir conocimientos y
fortalecer valores ante los grandes impactos que actualmente
viven las comunidades. Máxime cuando las amenazas al patrimonio
cultural son constantes y permanentes, y se hace necesario la
implementación de nuevos mecanismos de defensa más acorde a las
dinámicas de las sociedades de hoy.
En el museo comunitario se destaca la relación de la comunidad,
la escuela y el sector estudiantil con el objetivo de que éstos
adquieran nuevos conocimientos, que a pesar de tenerlos cerca,
se los han negado de forma sistemática. Con ello se ha procurado
poner en marcha una nueva iniciativa siguiendo los esfuerzos que
adelantan los Congresos Generales de Gunayala a través del
Proyecto de Implementación de Educación Bilingüe Intercultural,
donde los museos comunitarios de la región sean parte de los
esfuerzos en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Para entenderlo con mayor amplitud podemos remitirnos a la
experiencia del Museo Comunitario Olomaili de la comunidad de
Usdub, una comunidad situada en la isla más grande de la comarca
Gunayala, localizada al noreste de la República de Panamá, en el
Mar Caribe también conocida el Archipiélago de las Mulatas. Con
una población de tres mil personas comparte una porción de la
isla con la comunidad Ogobsuggun que cuenta igualmente con una
población similar. La comunidad de Usdub a principios de la
década del 70 procuró crear un museo, el cual fue motivado por
la propia comunidad que donó en aquel momento diversos objetos y
piezas de mucho valor histórico, entre los cuales se destacaban
los objetos personales de los líderes más reconocidos de la
comunidad. Sin embargo, aquella iniciativa no prosperó.
La comunidad de Usdub es conocida por su beligerancia en defensa
y promoción de los valores tradicionales, culturales del pueblo
Guna. Hecho que era impulsada por figuras reconocidas que
dejaron un hito en la historia, como lo fue Nele Kantule,
Olodebiliginya, entre otros. A pesar de las grandes influencias
culturales que existen en su entorno proveniente del exterior,
la comunidad ha desarrollado un cierto equilibrio que ha sabido
manejarse como pueblo entre las expresiones de la modernidad,
las costumbres y tradiciones propias, gracias a figuras
reconocidas, como lo fue Nele Kantule, Olodebiliginya, entre
otros.
La garantía de su supervivencia ha descansado en sus recursos
humanos que de generación en generación ha venido transmitiendo
los diversos conocimientos ancestrales. Combinando con otros
conocimientos actuales donde la generación de hoy tiene ya una
formación distinta a sus antecesores, producto de la presencia
de centros educativos promovidos por el Estado. No obstante, la
presencia de las instituciones educativas en la zona comarcal ha
sido necesaria para los líderes de ayer y hoy, pero siempre con
la advertencia de que éstas no sean contrarias a las
idiosincrasias del pueblo Gunadule. Estaban convencidos que la
formación de sus generaciones era un esfuerzo necesario para
entender mejor la realidad de hoy, pero que no debía desligarse
de su realidad cultural y su identidad.
Así, el Museo Comunitario Olomaili emprendió una nueva
iniciativa para involucrar a los estudiantes del Centro Básico
General Nele Kantule como uno de los sectores motivadoras del
museo, aprovechando, además, que los estudiantes del colegio no
son solamente de esa comunidad sino que vienen también de otras
comunidades con diferentes experiencias. Muchos de estos jóvenes
ya no siguen con las prácticas tradicionales como, por ejemplo,
la confección de cestas o abanicos que son objetos de uso
cotidiano en el hogar. Los padres ya no les enseñan estos
oficios a sus hijos porque la mayor parte de su tiempo lo ocupa
en las escuelas de donde están ausenten los conocimientos
ancestrales.
Este nuevo esfuerzo se inicia con la etapa de organización en la
que el profesor juega un papel fundamental en el desarrollo de
esa jornada, lo que permite establecer y fortalecer la conexión
de la comunidad, el centro educativo y los estudiantes. La
selección del tema parte del interés de rescatar un conocimiento
que muchos jóvenes no poseen, que en épocas anteriores era una
práctica cotidiana. El objetivo no es sólo enseñar a los jóvenes
cómo se confeccionan estos instrumentos del hogar, es decir, las
cestas y los abanicos, sino que ésta va mucho más allá. Supone
un proceso, un seguimiento de investigación para entender mejor
su proceso, su simbología y sus orígenes. Además de los
significados de los diversos diseños con las cuales se elaboran.
Los mismos estudiantes son los encargados de realizar las
investigaciones sobre estos objetos: deben conocer su proceso
histórico, de dónde surgieron las primeras iniciativas de
trabajar con ese arte, qué material se usa para su confección,
cómo se confeccionan y cómo se denominan cada diseño y sus
respectivos significados. Los jóvenes estudiantes deben estar
conscientes con qué trabajan, no es un trabajo mecánico de
diseño y confección de un objeto, sino de conocimiento de todos
sus elementos. En esta parte del trabajo la intervención de los
conocedores, especialistas, historiadores, es decir, de aquellos
que sirven de fuentes de información durante las
investigaciones, constituyen partes integrales en el
levantamiento y estructuración del contenido de un museo
comunitario. Porque la verdadera fortaleza de un museo
comunitario se encuentra en la misma comunidad y en sus diversos
sectores que intervienen cada uno en su momento.
El Museo Comunitario Olomaili cuenta con una exposición
permanente de piezas u objetos que fueron donados por la misma
población cuando se inició este proyecto en 2004, entre los
cuales se destacan fotos antiguas que forman parte de la
historia de Usdub, implementos de la confección de la hamaca o
los de la cocina, entre otros. El espacio del Museo no se usa
solamente para exposiciones sino que también para talleres. Los
estudiantes terminan sus clases conociendo la confección de los
cestos y abanicos tras las investigaciones realizadas en el
Museo y los conocimientos adquiridos.
Ya no es el profesor quien dicta solamente las clases en un
salón tradicional, sino que interviene también un instructor,
dándose un cambio en el ambiente educativo. Un reconocido líder
comarcal, el Sagladummad del Congreso General de la Cultura Guna,
Héctor Smith, experto en el arte de la confección de estos
materiales se convierte en facilitador, quien es apoyado por
otro comunero experto en ese mismo arte, se dedica a enseñar con
la metodología de aprender haciendo. Se centra en enseñar a los
estudiantes los primeros pasos de cómo se debe confeccionar un
abanico o un cesto, iniciando con los diseños más sencillos. Los
estudiantes siguen al instructor y desarrollan todo el proceso
ellos mismos, comenzando por la selección del material, la
realización del primer corte y la colocación de las primeras
tiras. Según el proceso tradicional, el instructor, en este caso
el Sagladummad Héctor Smith, atiende directamente al grupo de
jóvenes estudiantes, explicándoles cada detalle del proceso de
la confección. Mientras trabajan, el instructor hace uso de otra
metodología, la de ir narrando relatos cortos durante el proceso
de confección, práctica que complementa la tarea de aprendizaje.
De este modo, se logra que los estudiantes terminen sus primeros
abanicos o cestos de forma muy óptima y divertida.
Al final del proceso habrán complementado su aprendizaje de
forma íntegra, no sólo tendrán conocimiento sobre el mecanismo
de confección de estos materiales sino que al mismo tiempo
tendrá conocimiento sobre su origen, sus significados y el
material con que se confeccionan. Con esta metodología la
adquisición de conocimientos es directa y práctica. En los
aspectos dificultosos los estudiantes tienen total libertad de
preguntar al instructor acerca de sus problemas. Finalmente todo
el proceso de este aprendizaje concluye con la exposición de los
trabajos realizados por los estudiantes, más aquellas piezas
recogidas y seleccionadas relacionadas con el tema desarrollado,
complementando el diseño y montaje del museo.
6. PROYECCIÓN HACIA LA COMUNIDAD
La naturaleza de los Museos Comunitarios de Gunayala procura
despertar en la población comarcal el interés por su patrimonio
cultural habida cuenta que en las últimas décadas se han
registrado una indiferencia hacia su cultura, producto de
diversos factores entre ellos, la gran influencia que tiene la
comunidad, especialmente su juventud hacia lo externo. La
juventud gunadule vive seducida por las luces de la metrópoli,
por aquellos elementos culturales no propios de su pueblo.
Frente estos retos, la presencia del museo en la comarca
constituye un espacio alternativo de nuevas dinámicas que puede
contribuir a la recuperación del interés hacia los
conocimientos tradicionales.
El museo es uno de los recursos educativos, prácticos y
dinámicos, implantado en los últimos años y orientado al
fortaleciendo de la identidad cultural. Un recurso no
tradicional que difiere literalmente de los museos
tradicionales, los conocidos museos institucionales, que sólo se
reducen a simples exposiciones del pasado. El museo comunitario
constituye, sin duda alguna, un espacio que contribuye no sólo a
complementar el proceso de educación de los jóvenes y los niños
escolarizados, sino que también involucra a la comunidad en
general. La metodología «aprender haciendo» que coexiste en todo
su proceso, compagina y se conjuga con el sistema que desarrolla
la educación bilingüe intercultural. Desde hace cinco años la
Comarca Gunayala impulsa el sistema de educación bilingüe
intercultural ante el fracaso del sistema educativo actual que
ha impuesto el Estado panameño desde 1907. La metodología del
museo comunitario constituye una de las alternativas concretas
en los cambios que se buscan para mejorar el proceso de
enseñanza y aprendizaje. Existen grandes deficiencias en el
sistema educativo donde está ausente la enseñanza de la cultura
Gunadule, se menosprecia el idioma materno de la población
estudiantil, especialmente, en los primeros grados donde los
niños y niñas hablan su idioma.
6.1. Qué significa para la comunidad
Es un aporte que contribuye al proceso de enseñanza y
aprendizaje, que contribuye a abrir oportunidades entre los
estudiantes para tratar temas que normalmente la escuela y sus
planes no prevén. Con la metodología del museo comunitario se
adquieren conocimientos por medio de acciones concretas de
investigación que ayudan a comprender los símbolos y los
significados que se proponen, no sólo en la confección de
abanicos y cestas, sino también en temas más cruciales que
requieren una atención con mucho más urgencia. Por ejemplo como
el despertar el interés hacia la medicina, un tema que está
relacionado con las plantas medicinales, las ceremonias y su
importancia social y cultural.
Estas experiencias han permitido a los jóvenes estudiantes
conocer las técnicas de su elaboración, el arte que se ha venido
transmitiendo de generación en generación, la historia y los
significados de cada una de las artes, así como los cambios que
se han dado en las mismas. Con la exposición, la comunidad,
además de tener la oportunidad de conocer el arte de
confeccionar abanicos y cestas o el tema que se diseñe, llega
apreciarlo. Esto va más allá de la exposición, porque al crear
este espacio se abre como una ventana al público local (sector
primordial), nacional e internacional que cotidianamente circula
por la región. Con la muestra museográfica se amplía la
cobertura de los beneficiados, personas que tendrán la
oportunidad de aprender todo lo relacionado con el arte de
confeccionar esas herramientas. La comunidad, el público
visitante e incluso el turista internacional son partícipes para
conocer las expresiones culturales del pueblo gunadule. El museo
no queda en el pasado se proyecta hacia el futuro.
Además, la exposición no sólo se limita a los materiales
confeccionados por los estudiantes sino que obliga a la
recolección sistemática de otras piezas u objetos más antiguos
que existan en la comunidad y que tenga un valor histórico. El
uso de otros recursos museográficos complementa la exposición,
tales como fotografías relacionadas con el tema que se
desarrolla, muchos de las cuales ya están, en cierta medida,
desvinculadas con la Comarca Gunayala actual, tal como ha
sucedido con las fotografías que el VärldsKultur Musset de
Gotemburgo ha facilitado al Congreso General de la Cultura Guna.
En ellas aparecen objetos que ya no existen en el pueblo
Gunadule o que ya no se elaboran en el día de hoy, lo que ha
permitido, por otro lado, que los actuales conocedores pueden
retomarlos para levantar nuevos diseños. Otro ejemplo es el caso
de las molas, la vestimenta tradicional de la mujer Gunadule,
que es el arte que tiene mayor trascendencia fuera de las
fronteras de Panamá. Diferentes modelos de ésta ha sido posible
recuperar gracias a las fotografías de los años 20 de pasado
siglo que permanecen en el museo de Gotemburgo. Éstas son muy
importantes porque muestran diseños llenos de mensajes a través
de diversos símbolos o figuras.
En ese sentido, para la comunidad no sólo es una oportunidad,
sino que también abre un espacio para desarrollar su capacidad
en la transmisión de conocimientos, asumiendo su rol en el
proceso educativo de sus hijos. Esto posibilita que se puedan
superar los contenidos programáticos educativos promovidos por
el Estado que están distantes de la realidad y el contexto de la
cultura Gunadule.
Esta iniciativa con su metodología ha permitido un acercamiento
de la escuela y la comunidad, que generalmente han estado
distanciadas. Con ello se crea un espacio de acercamiento y de
armonización en la tarea de fortalecer, conocer y preservar la
cultura. El museo comunitario logra establecer un vínculo entre
la escuela, la comunidad y su patrimonio cultural. Se recupera
su relación aprovechando la dinámica y la metodología del museo
comunitario. De esta misma forma crea una relación directa y
participativa de la misma comunidad en la enseñanza y
aprendizaje de sus hijos en el marco de su realidad y
necesidades.
Con la creación del museo comunitario, la población de la
Comarca Gunayala se encamina hacia la apertura de mayores
iniciativas de investigación, de ir sistematizando los
conocimientos, haciéndolos viables por medio del museo a través
de las exposiciones en las que toda la población se pueda
beneficiar de ellas, descubriendo nuevos conocimientos,
conservándolos y recuperándolos.
7. CONCLUSIONES
La dinámica de los museos comunitarios y la relación simbiótica
con la comunidad es un factor trascendental para el pueblo
Gunadule que procura destacar en la implementación de sus
iniciativas. Si bien es cierto, que el Congreso General de la
Cultura Guna y sus comunidades apuestan por el rescate,
desarrollo y defensa de su patrimonio cultural no es menos
cierto que existan proyectos museísticos que se limitan a las
muestras tradicionales o a las simples exposiciones del pasado
gunadule. Estas iniciativas están influenciadas por los museos
institucionales que existen en la República, que sin duda son
sus primeras referencias. Tal es el caso del Museo Antropológico
Reina Torres de Arauz, anteriormente denominado Museo del Hombre
Panameño, en honor a una antropóloga que trabajó mucho en el
tema de los pueblos indígenas. Ubicado en la ciudad de Panamá,
los «no gunas» sirven de guía a los visitantes, habiendo miles
de gunadule por el área de la capital, lo que para nosotros
significa una muestra de indiferencia hacia los pueblos
indígenas, que sólo lo reducen a una muestra museográfica y que
no busca fortalecer y defender nuestro patrimonio cultural.
Para el pueblo Gunadule no sólo es mostrar su cultura al mundo,
sino mantener vigente en el marco universal como dijera para la
posteridad Nele Kantule, uno de los máximos líderes y líder de
la Revolución Guna de 1925, cuando dijo: «Quiero que la Cultura
de mi pueblo perdure en el marco universal de los pueblos como
un pueblo digno y humano».
Al igual que otros pueblos indígenas el futuro del pueblo
Gunadule descansa en las bases de su cultura, las cuales
constituyen los pilares que sostienen su supervivencia. Es una
tarea y una necesidad fundamental en los momentos actuales donde
los cambios y las transformaciones ocurren de forma constante y
permanente. La garantía de su supervivencia está en sus
generaciones del presente y del futuro de ahí se concentren los
esfuerzos. Para la Comarca Gunayala, los museos comunitarios son
uno de los medios significativos que contribuyen de forma
práctica y concreta a ese objetivo. Se busca consolidar la
práctica de esa iniciativa museística así como su metodología.
En estos momentos se busca diseñar programas con mayor
intervención de jóvenes estudiantes de diferentes niveles para
continuar con las dinámicas y prácticas educativas relacionadas
con el patrimonio cultural. También se pretende mejorar la
relación con diferentes sectores de la comunidad, tales como
historiadores, guías espirituales, grupos organizados de danzas,
mujeres, pintores, la escuela y las autoridades para que todos
puedan ser parte del museo, ser parte del desarrollo y los
avances del museo de la comunidad, en la que cada uno asuma el
papel que le corresponde en el proceso educativo. ***
Anelio
Merry López
10 de abril de 2019
8. BIBLIOGRAFÍA
MORALES, T., CAMARENA, C. y VALERIANO, C. (1994) Pasos para
Crear Museos Comunitarios, México, Dirección General de
Culturas Populares.
WAGUA, A. (2000) En Defensa de la Vida y su Armonía:
Elementos de la religión Kuna, Panamá, Emisky, Pastoral
Social-Caritas de Panamá e Instituto de Investigaciones Koskun
Kalu del Congreso de la Cultura Kuna.
Periodista, promotor e investigador de los Museos
Comunitarios de Gunayala.
Es la denominación
en el idioma gunadule al continente americano, nombre
que actualmente se ha extendido por el continente,
especialmente en los pueblos indígenas.
Es el máximo organismo de expresión,
de protección, conservación y divulgación del patrimonio
cultural-histórico del pueblo Guna.
Camino, vía, senda, trayecto,
itinerario de Baba y Nana (Creadores). Es un sistema
complejo de tratados que abarcan la creación de
universo, hasta la definición de hombre y su papel en el
camino y en el desarrollo de la Madre Tierra.
El argar es una figura importante en la cultura guna que
se especializa en la interpretación de los cantos
tradicionales.
La casa que simboliza el corazón de la comunidad es la
casa donde se celebran cantos tradicionales dirigidos
por los guías espirituales locales dirigidos a la
población. Se discuten temas relacionados con la
comunidad, se reflexionan sobre temas culturales e
históricos.
Es la casa ceremonial dedicada a la mujer en la que se
llevan a cabo la mayoría de los ritos y celebraciones
que van desde su vida inicial hasta la adolescencia.
Estos ritos y celebraciones pueden durar desde un día
hasta tres días, en los cuales toda la comunidad
participa. Durante estos eventos se consume chicha
fermentada generalmente preparada de caña de azúcar.
La cultura guna prefiere llamar Sagladummad al
que otros lo denominan cacique. Es el líder
comarcal elegido por las 49 comunidades de la Comarca.
|